La palabra “insomnia” viene del latín “in” que significa no y “somnus”: sueño.
Es la incapacidad para dormir o la falta total de sueño.
Clínicamente se define como una percepción subjetiva de la insatisfacción con la cantidad y/o calidad del sueño.
– Dificultad para quedarse dormido a pesar de estar en la cama.
– Despertares frecuentes durante la noche.
– Problemas para volver a dormir si se despierta demasiado temprano en la mañana.
– Sueño no reparador.
CONSECUENCIAS DE NO DORMIR BIEN
El sueño es indispensable para un estilo de vida saludable.
Su efecto en la salud es tan importante como llevar una dieta saludable y hacer ejercicio.
La Fundación Nacional del Sueño señala que los adultos deben dormir al menos siete horas en una noche típica, para tener una salud y funcionamiento óptimos.
Debido a los cambios en el estilo de vida actual y las extensas jornadas de trabajo, entre otros factores, el tiempo promedio de sueño ya es menor a siete horas.
No dormir bien, puede representar o desarrollar alteraciones como:
No dormir bien disminuye tu capacidad para afrontar sucesos físicos o psicológicos; lo que puede afectar tus órganos y funciones corporales.
La Clínica de Trastornos del Dormir del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias en la Ciudad de México, realizó una encuesta que demostró que el 16% de la población mayor de 40 años, en la zona metropolitana, tiene sueño excesivo durante el día.
Como reflujo gastroesofágico, gastritis y úlceras.
Bronquitis o resfríos reiterados, como consecuencia de una alteración del sistema inmunológico y de la capacidad de respuesta del organismo contra bacterias y virus.
En EUA, la somnolencia excesiva durante el día se asocia con 36% y 50% de los accidentes vehiculares fatales y de todos los accidentes, respectivamente. Alguien somnoliento lucha para mantenerse despierto en situaciones monótonas, frecuentemente no lo logra y cabecea.
Un estudio concluyó que dormir cuatro horas en dos noches consecutivas, produce cambios hormonales que incrementan la sensación de hambre. Así que puedes ingerir mayor cantidad de energía con el consecuente aumento de peso.
Se ha demostrado que las personas que duermen entre siete y ocho horas, tienen tasas de mortalidad más bajas que quienes duermen más o menos horas.
Como intolerancia a la glucosa y disminución de sensibilidad a la insulina; situaciones que ayudan al desarrollo de DM tipo 2. 13 Diversos artículos señalan que un sueño corto está asociado con un aumento en la incidencia de diabetes de 30 a 50%.
Mucha gente que padece insomnio crónico se encuentra clínicamente deprimida. Los episodios depresivos son precedidos por ataques de insomnio.
La falta de sueño provoca irritabilidad, nerviosismo y disminución del entusiasmo.
Existe una relación directa entre el sueño y la inmunidad. Las personas que sufren de insomnio tienen una disminución de la respuesta inmune (baja de defensas)
PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR
Para prevenir riesgos cardiovasculares y de mortalidad se recomienda que las personas duerman entre siete y ocho horas.
El riesgo se incrementa cuando el sueño se aleja de este rango.
Aún no se comprenden por completo los mecanismos de esta asociación, pero un sueño corto se relaciona con enfermedades crónicas, enfermedad cardiovascular, aumento de peso, accidentes, hipertensión arterial, aumento de colesterol, ataque cardíaco y derrame cerebral.
Beneficios
Duración del sueño y presión arterial
La corta duración del sueño se asocia con un riesgo mayor de hipertensión arterial.
Un estudio reportó que cuando el sueño se restringe en la segunda mitad de la noche durante una semana, la presión arterial sistólica y diastólica se elevan. Mientras que en una semana previa, con sueño normal, no se reportaron alteraciones en la presión.
Esta información indica que la corta duración del sueño (≤ 6 horas) y en especial una duración muy corta del sueño (≤ 5 horas), se asocia con un aumento en la mortalidad cardiometabólica, debido a la ganancia de peso, obesidad, hipertensión y diabetes.
Duración del sueño y factores de riesgo conductuales
La insuficiencia de sueño se asocia con factores de riesgo conductuales, como desempleo, aumento en el consumo de alcohol, fumar cigarrillos, alteración cognitiva y atención reducida.
La insuficiencia crónica del sueño desempeña un papel importante en los desastres industriales, errores médicos y ocupacionales.
Duración del sueño y obesidad
El sueño insuficiente se asocia con un menor gasto de energía, alteración en la glucosa y de las hormonas que regulan el apetito (leptina y grelina).
Además de estas acciones, también debe considerarse que estar despierto por más tiempo, conlleva un aumento en la ingesta de alimentos. Los individuos con privación del sueño son susceptibles a consentirse con alimentos no saludables.